Si hay algo que me viene a la memoria de mis largos veranos adolescentes en Isla Canela es cruzar la frontera a Portugal con mi madre y mi hermano rumbo a Vila Real de Santo Antonio para disfrutar de una maravillosa jornada de compras (sobre todo para mi madre).
Ahora vas en coche y te plantas allí en un periquete, pero antes era todo mucho más complicado. Esperar el ferry, mostrar el pasaporte, aduanas aquí y allá, colas y calor...mucha calor. Pero pasar por todo eso merecía la pena cuando veías la cara de felicidad de tu madre cargando el maletero de toallas, sábanas, colchas… y ese simpático gallo que cambiaba de color según fuera a llover o brillara el sol.
La pena es que aquellas visitas no pasaban de ahí, de sus tiendas. Bueno, y quizás de algún restaurante donde, ya puestos, comer algo de ese maravilloso bacalao a bras o de una tarde en Montegordo, la playa más cerca de Villa Real, y atiborrarnos a Boliños, un delicioso dulce portugués que aún hoy lo recuerdo y se me hace la boca agua.
En fin, que poco caso le hacía entonces a todas esas cosas bonitas que atesoraba su diminuto casco antiguo y a todas aquellas historias escondidas tras las fachadas de sus coquetas casas y monumentos.
Eso era entonces. Ahora me voy con Sara a explorar todo lo que antes no pude hacer.
If there is something that comes to my memory of my long teenage summers in Isla Canela is crossing the border to Portugal with my mother and brother heading to Vila Real de Santo Antonio to enjoy a wonderful day of shopping (especially for my mother).
Now you go by car and you're there in no time, but in the past it was much more complicated. You had to wait for the ferry, show your passport, customs here and there, queues and heat...a lot of heat. But going through all that was worth it when you saw the happy face of your mother loading the trunk with towels, sheets, bedspreads ... and that nice rooster that changed color depending on whether it was going to rain or shine the sun.
Unfortunately, such visits didn't go any further than stores. Maybe some restaurant where we could eat that wonderful bacalao a bras or an afternoon in Montegordo, the closest beach to Villa Real, gorging ourselves on Boliños, a delicious Portuguese sweet that I still remember today and my mouth is watering.
Anyway, I paid little attention then to all that beautiful things that treasured its tiny old town and all the stories hidden behind the facades of its flirtatious houses and monuments.
That was then. Now I'm going with Sara to explore everything I couldn't do before.
Y es que, atentos: Vila Real de Santo António fue la primera y única localidad portuguesa construida desde cero (en tan solo dos años) por orden del Marqués de Pombal, mano derecha de José I y encargado de reconstruir el país tras el gran terremoto de Lisboa de 1755.
Y lo hizo en un lugar muy cercano a donde se situó en el pasado el extinto pueblo de Santo António de Arenilha. Esta nueva villa estaba llamada a ser la ciudad ideal de la nueva Ilustración portuguesa.
¿Y por qué se decidió levantarla en este punto? Simple táctica: tratándose de un lugar fronterizo tan importante, a orillas del Guadiana y de cara al Atlántico, resultaba idóneo para controlar el comercio con España y las relaciones políticas con el país vecino. De esta forma el 13 de mayo de 1776 quedaba fundada la nueva localidad.
So, pay attention: Vila Real de Santo António was the first and only Portuguese town built from scratch (in just two years) by order of the Marquis of Pombal, right-hand man of José I and in charge of rebuilding the country after the great Lisbon earthquake of 1755.
And he did it in a place very close to where the extinct village of Santo António de Arenilha was located in the past. This new town was to be the ideal city of the new Portuguese Enlightenment.
And why was it decided to build it in this spot? Simple tactics: being such an important frontier place, on the banks of the Guadiana and facing the Atlantic, it was ideal for controlling trade with Spain and political relations with the neighboring country. Thus, on May 13, 1776, the new town was founded.
El epicentro de la villa es la Praça Marqués de Pombal y es el lugar idóneo para ser conscientes de la exactitud de la cuadrícula que, a modo de malla, forma el trazado urbano: el diseño geométrico es marca pombalina 100%. De hecho, dicen que está inspirado en la disposición de las calles del centro de Lisboa.
La plaza es extensa y el dibujo marcado en el suelo gracias a esos adoquines tan sumamente lusos, maravilloso. Este diseño te acompañara por todo el recorrido que hagas en el casco antiguo de la ciudad. El centro lo marca un obelisco que hace los honores a la figura de José I y desde el que contemplar algunos de los monumentos clave del pueblo.
A un lado, la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Encarnación, construida en el siglo XVIII. En otro lateral, el ayuntamiento.
El resto del espacio queda salpicado de pequeños tenderetes de artesanía local (picar o no picar, he ahí la cuestión) terrazas y ¡sorpresa! tiendas de colchas, sábanas y toallas. Las verás por todas partes.
The city center is the Praça Marquês de Pombal and it is the right place to be aware of the accuracy of the grid that, like a mesh, forms the urban layout: the geometric design is 100% Pombalian. In fact, it is said to be inspired by the layout of the streets in the center of Lisbon.
The square is extensive and the drawing marked on the ground thanks to the paving stones so extremely Lusitanian is wonderful. This design will accompany you throughout the tour you make in the old part of the city. The center is marked by an obelisk that honors the figure of José I and from which to contemplate some of the key monuments of the town.
On one side, the Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Encarnación, built in the 18th century. On another side, the town hall.
The rest of the space is dotted with small stalls of local crafts (to bite or not to bite, that's the question), terraces and - surprise! stores selling bedspreads, sheets and towels. You will see them everywhere.
Toda esta zona es peatonal, por lo que toca andar. No demasiado ya que el casco histórico lo conforman sólo un puñado de calles. Pero con contemplar las fachadas de sus pequeñas casas, todas dispuestas perfectamente y siguiendo un patrón similar —no superan las dos plantas en ningún caso—, y sus preciosas puertas y azulejos, ya tendremos tarea para rato.
Se conservan hasta 190 edificios originales que hoy, en muchos casos, han sido ocupados por pequeños comercios, heladerías y bares. Todos los negocios, eso sí, están comprometidos a mantener la apariencia intacta. Y todos, para aunar las formas, cuentan con un cartel identificativo junto a sus puertas.
All this area is pedestrian, so you have to walk. Not much, because the historic center is made up of only a handful of streets. You will have enough time to contemplate the facades of its small houses, all perfectly arranged and following a similar pattern -they do not exceed two floors in any case-, and its beautiful doors and tiles. At this point, you will have a lot of work to do.
Up to 190 original buildings have been preserved, which in many cases have now been converted into small stores, ice cream parlors and bars. All the businesses, however, are committed to keeping their appearance intact. And all of them, in order to unify the forms, have an identifying sign next to their doors.
No os vayáis de la ciudad sin ir a la zona portuaria. Caminad por la Avenida da República mientras disfrutáis, a un lado, del Guadiana con su puerto deportivo y sus elegantes yates flotando sobre el agua, el edificio de la antigua aduana y la terminal desde la que parte el ferri que une la localidad con la onubense Ayamonte —¡en 15 minutos!—.
En el lado opuesto lo que aparecen son elegantes construcciones que pertenecieron en su día a algunas de las familias más pudientes de la villa, y por lo tanto, de la industria. También edificios como el preciosísimo hotel Grand House, de estilo art nouveau; la sede de Capitanía, que ocupa la que un día fue la fábrica de conservas Victoria o la Casa dos Folques, antigua fábrica de conservas Ramírez.
¿A qué merece la pena Villa Real de Santo Antonio?
Be sure not to leave the city without going to the port area. Walk along Avenida da República while you enjoy, on one side, the Guadiana with its marina and its elegant yachts floating on the water, the old customs building and the ferry terminal that connects the town with Ayamonte in Huelva -in 15 minutes-.
On the opposite side what appears are elegant buildings that once belonged to some of the wealthiest families of the town, and therefore, of the industry. Also buildings such as the beautiful art nouveau Grand House Hotel, the headquarters of the Captaincy, which occupies what was once the Victoria cannery, or the Casa dos Folques, the former Ramirez cannery.
Beautiful, isn't ?
Todo lo que llevo es de MANGO menos las zapatillas que son de COS
Everything I'm wearing is from MANGO except my sneakers, which are from COS.
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