El arte de fotografiar no es solo mirar en una dirección y apretar el disparador. Hay que tener en cuenta una serie de elementos que han de coincidir para que la fotografía sea buena, de lo contrario, tiene que producirse una alineación de planetas en el momento que disparemos para conseguir una fotografía en condiciones.
Esto es justo lo que logra Edas Wong, un fotógrafo urbano de Hong Kong, al que le gusta jugar en las calles con su cámara a sacar la foto accidental más divertida hecha justo en el momento adecuado.
Sus divertidas fotos usan, de forma ingeniosa, el fondo y el primer plano. En muchos casos, cuesta saber cuál de ambos es lo principal en la imagen.
Ya sea, por ejemplo, un hombre frente a un póster que le hace parecer que tiene el peinado de Goku o alguien caminando con un calzado que parece peces pintados en el suelo, ese juego entre ambas cosas es lo que busca para, al final, dar sentido a la imagen.
Wong comenzó con su fotografía callejera en 2012. “Elegí este tipo de fotografía y no otro porque no tenía que aprender técnicas avanzadas o tener un equipo caro, solo mi pequeña cámara, ideal para un principiante. Para hacer una buena foto callejera, intento vaciar mi mente todo lo posible y concentrarme en la calle en sí”, comenta el fotógrafo.
En otras palabras estar allí a la hora precisa y en el momento exacto.
Qué os lo paséis bien.
At any given moment, there exist fleeting instants of oneness where by some cosmic power, or perhaps plain luck, two things merge together. For a few milliseconds, it's impossible to tell where one subject ends and the other begins.
These scenes are all around us, but many of us don't know how or where to look for them. Which is why street photographer Edas Wong captures and shares them with the rest of us.
Wong always manages to be in the right place at the right time, and he has developed a distinct eye for sensing when the ordinary is about to briefly turn miraculous, whether it's a commuter unknowingly mimicking the ad right behind her or an elephant seemingly blowing a cloud out of its trunk.
After moving to Sweden in 2005, he stopped taking pictures due to his heavy workload. He began shooting again in 2012 and started to take his hobby more seriously.
Wong, now 52, is a solution manager for the mobile vendor Ericsson, and enjoys snapping photos on the weekends. In addition to providing him with a respite from the stresses of day-to-day life, he loves the health benefits of walking all day to find the perfect shot.
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