Por fin hemos podido ver la primera colección para hombres del diseñador Raf Simons tras su marcha hace 7 meses de la firma estadounidense Calvin Clain. Lo ha hecho en la Semana de la Moda para Hombres de Paris y , sin duda, Simons nos ha enseñado su lado más reivindicativo.
Con el ojo crítico puesto encima del país dónde trabajó durante dos años se podían ver piezas con referencias americanas siniestras cubiertas de lemas como Stone(d) America o How to text your teen, con imaginería relacionada con el mundo de la drogadicción y diseños relacionados con el acid house y el techno alemán.
Los mensajes eran claros: por encima de la banda sonora, que iba de David Bowie a Mica Levi, se escuchaba claramente y de forma repetida el lema FASCIST AMERICA.
A ver qué os parece.
Rage and alienation: is this Raf Simons’s comfort zone, the place which connects him back, as a 51-year-old man, to the teenage experience his work continually fetishizes? Well, Simons doesn’t have to play nice to any bosses anymore. After his exit from Calvin Klein, he reports only to himself. And what the free Raf Simons wants to say is exactly how much he accuses and despises corporate America.
Quite apart from the slogans, it was there rather clearly, breaking through on the soundtrack, a voice which intoned, “Big lie...media America, corporate America...fascist America.”
Sometimes, watching a Simons show can feel like sitting an exam or trying to crack a cryptic crossword. His work is exclusionary to the extent that you need to be a qualified Raf-ologist to understand what it means.
La colección ( te guste o no) no tiene desperdicio. Y es que tras su vuelta a Europa, el diseñador ha regresado a sus inicios contra-culturales lejos de los grandes mecanismos del marketing y el merchandising internacional. Con una paleta de colores brillantes, piezas agénero de corte ancho y una alta inspiración en el trabajo uniformado, la colección SS20 de Raf Simons es una muestra perfecta de por qué el belga se ganó un cumulo enorme de seguidores con sus primeros trabajos.
Sin notas ni comunicados de prensa, sin decir media palabra, el significado de la colección SS20 del belga queda clarísimo. Bajo el lema My Own Private Antwerp, los días de Raf Simons en Norteamérica están acabados.
It was pretty bluntly unmissable though. “STONE(E)D AMERICA” was one recurring motif. And on the back necks of many garments: “My Own Private Antwerp.” To be fair, it wasn’t a question of Simons lobbing criticism of Trump’s America from afar, now that he’s living back in Belgium. He’d been critical enough about the political atmosphere of Trump’s America while he was working at Calvin Klein, what with his American Psycho and other horror movie thematics. Now, though, after a couple of seasons when he’d diverted his energies into exploring a certain European elegance in his own collection, his raw anger against the power of corporate USA was back with a vengeance.
Para rematar el aire transgresor de Raf Simons, la nueva colección del diseñador belga se estrenó en una nave industrial que normalmente sirve como zona de exámenes para acceder a la universidad ( algo así como nuestra selectividad) y la decoración, con sillas corporativas envueltas en plástico negro, era tétrica e incluso algo incómoda.
Sin duda, Simons, vuelve a sus orígenes haciendo lo que mejor se le da: provocar y no dejar indiferente a nadie.
His boys seemed to belong to some underground crew—maybe the last surviving boys on Earth, possibly the victims or maybe the perpetrators of some toxic social endgame. There were more text labels reading “RS-LAB,” which explained the lab coats.
Styling and heavy meaning apart—and this might sound frivolous, considering—it was also a plumb-center commercial collection for all of Raf Simons’s fans, of whatever age. The arty, painted T-shirts, the leather coats, the colorful baggy sweatshirts and overshirts. Whatever post-American psychological fallout is going on in Simons’s life, it hasn’t affected his ability to serve his faithful audience.
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