Estos días atrás he estado revisando un montón de biografías de mujeres que, sin lugar a dudas, han llevado a cabo una pequeña revolución silenciosa y me he topado con Nina Leen. Sus fotos tienen un algo de intriga. Os cuento.
Nadie sabe qué edad tenía esta fotógrafa nacida en Rusia cuando murió, en 1995 en los Estados Unidos. A juzgar por su obituario, la información sobre Leen es escasa. Vivió en Alemania, Italia y Suiza antes de mudarse a Nueva York donde se convirtió en una de las primeras fotógrafas de la revista LIFE, en los años cuarenta.
Me ha llamado la atención porque tenía dos vidas. Una puramente comercial como fotógrafa de moda y otra, más oscura, digna de cualquier película de David Lynch o Alfred Hichcok.
Las fotos que vais a ver tienen nombres como “ Una pareja en busca de casa para comprar”, “Niños que asisten a una fiesta de cumpleaños” o “Mujeres norteamericanas que juegan al bridge” pero si os fijáis bien las instantáneas están llenas de tensión, misterio e incluso de sexo.
A ver que os parecen.
Nobody knows how old the Russian-born photographer Nina Leen was when she died, in 1995. Judging from her obituary, information about Leen is scarce. She lived in Germany, Italy, and Switzerland before moving to the U.S., where she became one of Life magazine’s first female photographers, in the nineteen-forties. She shot countless assignments for the magazine, including more than fifty cover stories, and produced fifteen photo books. Her most well-known subjects were animals (including her dog Lucky), American women and adolescents, and the Irascibles, a group of abstract artists, including Willem de Kooning, Jackson Pollock, and Mark Rothko.
Though many of Leen’s assignments were quite pedestrian—her photos have titles like “A Couple Looking for a House to Buy,” “Children Attending a Birthday Party,” and “American Women Playing Bridge”—her images are packed with as much violence, sexual tension, and mystery as any David Lynch film. Her photos wouldn’t look out of place next to Cindy Sherman’s on a gallery wall. But, unlike Lynch or Sherman, Leen found tension in the real world, and her subjects weren’t actors—they were just everyday people living out their lives. And while a quick search on the Internet will turn up photo captions, why bother?
After all, sometimes knowing less is much more interesting.
Cuando llegó a EEUU en 1939 se hizo con una cámara Rolleiflex y empezó practicar con las fotos. Para ejercitarse se decidió por los animales del zoológico del Bronx. Fue el inicio de una pasión eterna ya que sabía cómo presentarlos con rasgos de humanidad y cierto grado de humor. Cuando decidió enviar a Life algunas de aquellas imágenes, la revista no dudó en comprarlas.
Entre los quince libros que publicó en vida hay monografías sobre serpientes, monos, perros "de todos los tamaños", gatos y un par sobre murciélagos. Se acercó tanto a la vida de estos últimos animales que desarrolló, por culpa del trabajo, una neurótica aversión hacia ellos. Entre sus compañeros de trabajo de la revista LIFE era bien conocido que Nina Leen prefería los animales a las personas. Nunca explicó los motivos.
Entre 1940 y 1973 fue una de las pocas mujeres en trabajar como fotógrafa contratada por este magazine. Ella era la primera en renegar del oficio. "No soy una fotógrafa. Si lo fuera, haría fotos. Soy una fotoperiodista: me dedico a buscar historias y contarlas con imágenes", decía.
Moving to the United States in 1939, she was fascinated by American culture, and captured the life around her from the viewpoint of a removed observer. By 1945 she was one of the first female photographers to join the staff at LIFE magazine. During her time there she produced over forty covers and a myriad of spreads. Her relaxed manner allowed her subjects to let their guard down in front of her camera.
Leen's versatility can be seen in the range of her subjects and the styles in which she photographed them. Her fashion images have a crisp, linear quality while her photographs of American culture are relaxed and without artifice. Leen published fifteen books of her photography, including: Images of Sound; Women, Heroes and a Frog; Love, Sunrise and Elevated Apes; and The World of Bats.
Pero los intereses de Nina al captar imágenes eran mucho más vastos y sus instantáneas de la vida cotidiana de la América de aquella época reflejaban mucho de su carácter inquieto con un punto surrealista.
Trabajadores en la calle, niños, adolescentes y mujeres, muchas mujeres, en su trabajo doméstico, en las tareas del campo, ya segando o partiendo leña, en escenas familiares o en momentos de asueto en la playa, con sus bañadores vintage y en posturas descuidadas en las que, evidentemente, no están posando.
En ese interés por el mundo íntimo de lo femenino hay un atisbo de denuncia y, por eso, me gusta.
But Nina's interests in capturing images were much bigger, and her snapshots of the everyday life of America at that time reflected much of her restless character with a surreal point.
Workers in the street, children, adolescents and women, many women, in their domestic work, in the tasks of the field, already mowing or splitting wood, in family scenes or in moments of relaxation on the beach, with their vintage swimsuits and in postures neglected in which, obviously, they are not posing.
Inside that interest in the intimate world of the feminine there is a hint of denunciation and, for that reason, I like her.
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