Siempre me ha fascinado la figura de Frida Kahlo. Sus fotografías nos remontan a un México perdido ante el poco misericordioso progreso, a las décadas de los 30 y 40 en las que el país Azteca parecía escapar de su destino de violencia y muerte fruto de la revolución, y en las que las artes ayudaban a forjar a la nueva nación. Existe una gran gama de fotografías que circulan por Internet, folletos, comerciales, revistas y libros en que la uniceja es protagonista, y otras incluso que detallan la necesidad de desnudar a Frida Kahlo.
Son retratos que nos conectan con el dolor y la vida, el sufrimiento y la felicidad por los pequeños detalles aunque el rostro, las poses y los looks de la artista ya estén masificados. Sin embargo, existen múltiples imágenes reservadas para quienes han explorado más allá de las primeras páginas de búsqueda y han revisado libros enteros sobre la oriunda de Coyoacán. La misma Frida como nunca la habías visto.
On this very day in 1907, modern art icon Frida Kahlo was born in a borough of Mexico City. Though she only lived to be 47 years old, she left behind a legacy of art that still fascinates and inspires to this day. These rare photos, taken by famed French photographer Gisèle Freund during the early 50's, document the last days of a magnificent creator and cultural icon, and serve as a fitting tribute to her memory.
Freund came to live with Kahlo and her husband, Diego Rivera, in Mexico City after fleeing from political tension in Argentina. The year was 1950, and Frida Kahlo's health was in sharp decline, largely due to a series of unsuccessful spinal surgeries she had undergone. She was also mentally and emotionally unwell, and her art became dark and grim - her clothes, however, remained colourful and eccentric.
La dicotomía de opiniones alrededor de Frida la han convertido en un personaje central e innegable en el mundo de la cultura popular, o quizás la relación sea inversa, pues es inevitable no opinar sobre la habitante central de la Casa Azul. Hoy, Coyoacán es sinónimo de Kahlo, y las calles y el folklor del antiguo barrio prehispánico gira en torno a la uniceja, las manos afiladas sujetando un cigarro y el torso de yeso pintarrajeado. Cientos de miles de extranjeros piensan México en términos de Frida, y atiborran el sur de la ciudad intentando descifrar los rincones de la mujer venado.
Existen múltiples caminos para conocer y reconocer a Kahlo. Yo me quedo con este parrafo de una supuesta carta que nunca llegó a manos de Rivera, su marido: "No creas que esto se me olvidará. Ya no es tiempo. No entendiste lo que soy, yo soy amor, soy placer, soy esencia, soy pendeja, soy alcohólica, soy tenaz, soy pintora. Soy, simplemente soy. Y tu qué cosa eres, qué tengo que hacer ante tus ofensas. Seguir como imbécil creyéndote tus pendejadas y aceptar que tu eres un dios. Eres un dios, pretendiendo ser un dios pagano. Quédate con toda tu vida de porquería, eres una mierda".
La pendeja, la pintora y la mujer vivió con las emociones a flor de piel, con los pinceles y las brochas como refugio para aliviar las tensiones existenciales que no tuvieron piedad en chocar contra ella.
Though it was a tumultuous time for Kahlo, the photos Gisèle Freund captured of her show the sombre beauty of the troubled paintress, and the dedication to her work that she kept until her very last breath.
Frida Kahlo passed away at home in July of 1954, just a year after Gisèle Freund had returned to Paris. Freund's photo collection of Kahlo was published by Harry N. Abrams in 2015, and was exhibited at Throckmorton Fine Art in New York City that same year. Peer into the final years of one of the world's most tragically beautiful lives below
Kommentarer