Os puede gustar o no, pero las obras de Aleah Chapin no dejan indiferente a nadie. Yo la descubrí por casualidad hace unos años en Seattle y desde entonces la sigo con ímpetu. Estos días expone en la Flowers Gallery de Nueva York su última obra "body/being" y la polémica vuelve a acompañar a esta artista del hiperrealismo no sólo por retratar cuerpos desnudos sin ningún tipo de retoques ni artificios sino también por dar visibilidad a las personas transgénero.
Seguramente que a estas alturas de su vida artística, Chapin debe estar más que acostumbrada a levantar todo tipo de reacciones tanto a favor como en contra de sus obras pero yo lo que más valoro en ella ( aparte de su genialidad como pintora) es su valentía. Ella dibuja unos desnudos que a pesar de ser completamente respetuosos y honestos representan el tipo de cuerpos que la sociedad ha decidido no ver y que, curiosamente, son los que más abundan.
You may like them or not but Aleah Chapin's works will move you. I found her by chance in a trip to Seattle and I became a fan. In her latest exhibition at Flowers Gallery in NYC, entitled Body/Being, Aleah Chapin embraces the imperfections of the human form to explore and celebrate gender and gender fluidity in contemporary society. The works exhibited, a series of large-scale hyper-realistic nudes, were, according to the gallery’s press release, inspired by her cousin Qwill’s coming out as being gender neutral, and in part documents that transition. Chapin’s portrait of Qwill, along with those entitled Paula and Emmett, capture and monumentalize the psychological and physical processes of transitioning within the spectrum of gender identity. Other works document the various manifestations of the body over the course of one’s lifetime, including the aging Roger, and a new mother with her infant in Rachel and Wes.
Dice Chapin que lo que más le molesta no son las críticas a sus obras sino las criticas a las personas que se prestan de modelos. En su mayoría son amigos o familiares, personas sin complejos, sinceras y a gusto consigo mismas que han posado para ella horas y horas con el único propósito de ayudarla a poner el dedo en la llaga.
No sé si os habrán gustado las obras de esta artista americana ( seguramente tampoco ese es el objetivo de Aleah Chapin) lo que sí me gustaría es que reflexionaseis sobre el porqué algo tan natural y tan utilizado en el mundo del arte como los desnudos todavía sigan causando polémica. Esa es la tarea del finde. Hasta el lunes.
Given the anonymity granted through Chapin’s use of stark white backgrounds used throughout the series, and her astounding attention to every scar, freckle and wrinkle, each of her sitters is fully imbued not only with their own distinct character and psyche, but also a consistent dignity and monumentality. Decidedly not sexualized, Chapin’s figures are real and relatable individuals whose stories are readily emoted through her telling depictions of them, which are strengthened incredibly by her technical prowess as a painter. Chapin succeeds in capturing the physical variations associated with two outward identifiers, namely gender and age; but more importantly, her paintings capture the way that these factors coalesce with innumerable others to explore the never-ending possibilities of personal identity.
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