
La obra de Valery Poshtarov engaña por su aparente sencillez. Las composiciones muestran solo dos figuras. Las posiciones de los personajes son similares en todo momento. El título son solo tres palabras: Padre e Hijo (Father and Son). Y, sin embargo, estos retratos encierran toda una vida de complejidad; las emociones que se esconden bajo la superficie son cualquier cosa menos simples.
Él mismo se dio cuenta de que, como padre de dos niños pequeños, llegará el día en que sus hijos ya no necesitarán que les coja de la mano para ir al colegio. Inspirado por este pensamiento, al principio se propuso fotografiar a su abuelo, de 95 años, y a su padre cogidos de la mano. El proyecto pronto se convirtió en algo mucho más grande de lo que había imaginado.
Valery Poshtarov's work is deceptive in its apparent simplicity. The compositions show only two figures. The positions of the characters are similar throughout. The title is only three words: Father and Son. And yet these portraits contain a lifetime of complexity; the emotions hidden beneath the surface are anything but simple.
He realized that, as a father of two young children, the day would come when his children would no longer need him to hold their hands to go to school. Inspired by this thought, he initially set out to photograph his 95-year-old grandfather and his father holding hands. The project soon turned into something much bigger than he had imagined.


En cada fotografía se ve a un padre y a su hijo adulto de la mano, un acto que puede resultar natural para algunos y profundamente extraño para otros. En muchas sociedades, se enseña a los niños, ya sea de forma implícita o explícita, a reprimir sus emociones, a aislarse y a mostrar recelo o escepticismo ante las muestras de afecto. Los conceptos modernos de masculinidad dibujan un camino estrecho que se aleja de la vulnerabilidad y estas ideas en torno a la dureza y la autosuficiencia pueden distorsionar las relaciones. Las diferencias generacionales, culturales y de experiencia pueden aumentar aún más esa distancia. En la serie Padre e hijo, el acto de cogerse de la mano resulta increíblemente íntimo, un gesto de cercanía que para algunos está fuera de los límites.
Every photograph shows a parent and adult child holding hands, an act that may seem natural to some and profoundly strange to others. In many societies, boys are taught, either implicitly or explicitly, to repress their emotions, to isolate themselves, and to be wary or skeptical of displays of affection. Modern concepts of masculinity draw a narrow path away from vulnerability, and these ideas around toughness and self-reliance can distort relationships. Generational, cultural and experiential differences can further increase that distance. In the Father and Son series, the act of holding hands feels incredibly intimate, a gesture of closeness that for some is off limits.



Y es que en un mundo que ya se está distanciando, cogerse de la mano se convierte en una oración silenciosa, una forma de volver a estar unidos. Mientras posan, padres e hijos se cogen de la mano por primera vez en años, a veces décadas. Es un momento poderoso, a menudo lleno de vacilación o resistencia, que revela nuestra herencia cultural, pero también el atractivo universal de la conexión, el legado y la vulnerabilidad en nuestra experiencia humana. La esencia del proyecto radica en este íntimo acto, en el que las fotografías son testigos del profundo, aunque a menudo tácito, amor entre padres e hijos.
In an already drifting world, holding hands becomes a silent prayer, a way to be united again. As they pose, parents and children hold hands for the first time in years, sometimes decades. It is a powerful moment, often filled with hesitation or resistance, that reveals our cultural heritage, but also the universal appeal of connection, legacy and vulnerability in our human experience. The essence of the project lies in this intimate act, in which the photographs bear witness to the deep, yet often unspoken, love between parents and children.



Con fotografías tomadas en diversas culturas y países, como España, Italia, Francia, Alemania, Polonia, Rusia, India, China, Japón, Brasil y Estados Unidos, la serie «Padre e hijo» pone de relieve la singularidad de la identidad moldeada por la familia, la religión, las costumbres y las normas de género. En estas interacciones, vemos surgir identidades individuales dentro de relatos familiares compartidos, lo que ilustra lo profundamente personales y lo culturalmente influidas por la tradición que son nuestras trayectorias vitales.
Poshtarov, deja los relatos de estos retratos abiertos a la interpretación e invita a los espectadores a añadir sus propias capas de significado, haciendo que todos contribuyamos a la historia evolutiva de la humanidad.
Using photographs taken in diverse cultures and countries, including Spain, Italy, France, Germany, Poland, Russia, India, China, Japan, Brazil and the United States, the “Father and Son” series highlights the uniqueness of identity shaped by family, religion, customs and gender norms. In these interactions, we see individual identities emerge within shared family narratives, illustrating how deeply personal and culturally influenced by tradition our life trajectories are. By leaving the narratives of these portraits open to interpretation, I invite viewers to add their own layers of meaning, making us all contributors to the evolving story of humanity.

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