Como sabéis estoy pasando unos semanas en Nueva York y el otro día me lo pasé estupendamente ojeando las fotos de este nuevo y brillante análisis de un estilo arquitectónico de lo más canalla: las construcciones al borde de las carreteras del Sur de California.
Nuevos descubrimientos y diversos ensayos fotográficos investigan cómo estos edificios se convirtieron en sinónimo de la costa oeste de Estados Unidos y cómo el poder de expresión personal consiguió desafiar todos los cánones arquitectónicos mediante estructuras excéntricas, innovadoras y estrafalarias.
¿Estas listo para hacer un viaje en carretera por la California de los años 30? Vámonos.
As you know I am spending some time in New York City, yesterday I got into a book shop in Chelsea and how wonderful time I had watching pictures of this vivid new examination of a rogue architectural style, discover the roadside structures of California. Fresh discoveries and several pictorial essays explore how these buildings became synonymous with the West Coast and how the power of personal expression championed any architectural establishment with structures eccentric, innovative, and bizarre.
Are you ready to travel around California roads in the 30s? Let’s go.
En los albores de la era automovilística, la pasión de los estadounidenses por los viajes dio lugar a una nueva ola de imaginativos empresarios que atendían las necesidades de este nuevo medio de transporte. Desde la década de 1920 comenzaron a aparecer edificios llamativos que atraían a los viajeros con refrigerios, provisiones, souvenirs o una comida rápida. Las convenciones arquitectónicas de la época hicieron que se calificase a estas construcciones de carretera de “monstruosidades”.
At the dawn of the automobile age, Americans’ predilection for wanderlust prompted a new wave of inventive entrepreneurs to cater to this new mode of transportation. Starting in the 1920s, attention-grabbing buildings began to appear that would draw in passing drivers for snacks, provisions, souvenirs, or a quick meal. The architectural establishment of the day dismissed these roadside buildings as “monstrosities”.
No obstante, florecieron, especialmente a lo largo de la franja sur del país (conocida como el Sunbelt, el cinturón del sol) y en particular en el sur de California, donde los propietarios dieron rienda suelta a sus impulsos creativos en forma de gigantes y excéntricas construcciones: desde búhos, muñecas, cerdos y barcos, hasta cafeteras y frutas. La carga simbólica era cándida, sin embargo fueron marginados por la historia. Pero, en los últimos 40 años, las anomalías arquitectónicas californianas han recuperado su integridad y vuelven a ser celebradas en este recién revisado compendio de edificios.
Yet, they flourished, especially along America’s Sunbelt, and in particular, in Southern California, as proprietors indulged their creative impulses in the form of giant, eccentric constructions — from owls, dolls, pigs, and ships, to coffee pots and fruit. Their symbolic intent was guileless, yet they were marginalized by history. But, over the past 40 years, California’s architectural anomalies have regained their integrity, and are now being celebrated in this freshly revised compendium of buildings, California Crazy.
California Crazy está repleto de los mejores ejemplos de este género arquitectónico e incluye ensayos que exploran las influencias precursoras de aquel estilo arquitectónico emergente. También se describen los paisajes y actitudes poco convencionales de las carreteras de Los Ángeles y Hollywood que permitieron la aparición de estos edificios.
Es de lo más divertido.
Brimming with the best examples of this architectural genre, California Crazyincludes essays exploring the influences that fostered the nascent architectural movement, as well as identifying the unconventional landscapes and attitudes found on Los Angeles and Hollywood roadsides which allowed these buildings to flourish in profusion.
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