Ya sabéis que una correcta alimentación es un factor indispensable para una vida plena. Pero, este hecho no solo se traduce como un camino hacia la pérdida de peso, sino como un estilo de vida del que deriva una buena salud, sistema inmunitario, energía y estado de ánimo.
Así es como nace “Whole 30”, un método internacional creado por los nutricionistas y terapeutas Melisa Hartwig y Dallas Hartwig, expuesto en su propio libro, que va más allá de ser un plan de adelgazamiento. El método busca cambiar la relación con la comida y plantea una nueva forma de ingerir y preparar alimentos al que ya se han sumado más de cinco millones de personas en todo el mundo.
El revolucionario método “Whole 30” promete no sólo cambiar tu figura en este tiempo, sino crear hábitos saludables y conocer qué alimentos te sientan bien y cuáles es conveniente eliminar.
Trendy diets often come with crazy rules. The ketogenic diet’s guiding principle has you limiting carbohydrate intake to no more than 10 percent of your daily calories (that’s, like, nothing). With Paleo, you’re only allowed to eat food that was available 10,000 years ago. But the Whole30 Diet takes the rule thing to a whole other level
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And according to founder Melissa Hartwig, Certified Sports Nutritionist, these rules aren’t just arbitrary. Prior to starting the program, Hartwig consulted as a personal trainer and nutrition coach, but is not a registered dietitian. Whole30 was created to help people figure out how foods impact them both physically and mentally, whether it’s tied to cravings or feeling sluggish.
But how does it do that? And is it a good diet for weight loss and overall health? Here’s what you should know:
¿En qué consiste el método “Whole30?
El método, plantea una serie de normas a cumplir y destierra por completo el hábito de adelgazar contando calorías. “No es una dieta, se trata de una transformación en tu forma de pensar en la comida, tu cuerpo y tu vida”, aseguran sus autores.
En treinta días, el método promete cambiar drásticamente el cuerpo no solo a nivel físico, sino también anímicamente, optimizando la energía y la sensación de bienestar. Para ello, parte de unas determinadas claves a seguir estrictamente, basadas en un planteamiento de recetas que se escudan en el rigor científico de los nutrientes presentes en los alimentos.
Como base, parte de la denominada “paleodieta”, un método de alimentación que se basa en comer como lo hacían nuestros antepasados de la prehistoria. Es decir, eliminando cereales, legumbres, azúcares e hidratos, para consumir únicamente frutas, pescados, carnes y vegetales.
What is the Whole30 diet?
Hartwig explains in the book that Whole30 is designed as an elimination diet to help people identify food sensitivities, which is why so many things are restricted. You basically eliminate the “banned foods” for 30 days and carefully add them back in, she says.
“I think people misunderstand the program,” Hartwig explains. “It’s a self experiment after which there is an entire outlined plan to take what you’ve learned and to make it into a sustainable lifestyle.”
People might try an elimination diet if they frequently experience gas, bloating, digestion problems, or even skin rashes, and suspect a food allergy or intolerance.
¿Qué podemos comer en esos 30 días?
Aunque este modelo de dieta a largo plazo no es recomendable, según apuntan los estudios realizados en 2015 por la Organización Mundial de la Salud sobre el consumo de carnes rojas y procesadas, “Whole 30” únicamente rescata la base del modelo para los primeros treinta días, en los que se suprimen estos grupos de alimentos para después volver a incorporarlos poco a poco, viendo así si alguno de ellos es complicado de digerir o no sienta bien al organismo, ya que uno de los secretos de este método, es poder adaptarlo a cada persona y a cada sistema digestivo.
Uno de los conceptos de los que parte el método es de eliminar determinados grupos de alimentos, que bien solos o combinados entre sí causan inflamación en las paredes del intestino, factor que además de traducirse en digestiones lentas, suele ir ligado a la obesidad y a los problemas intestinales.
Así es como “Whole 30” suprime durante su duración de treinta días los azúcares añadidos, el alcohol, las legumbres, los lácteos y los cereales, para una vez pasados los treinta días volver a introducirlos en la dieta de forma paulatina, detectando así si alguno de estos alimentos no sienta bien al organismo.
What can we eat?
Your daily food breakdown should include: lots of vegetables and plenty of natural fats (olive oil, macadamia nuts, etc.), a moderate amount of protein (seafood, eggs, and meat), some fruit, and a variety of spices and herbs. The most important part, though, is that each food is as close to its original form as possible, which means it should have minimal ingredients.
The rules don’t state specific macronutrient — fat, protein, and carb — ratios and there’s no calorie counting. Your food also doesn’t need to be organic, local, or grass-fed. According to Whole30, it’s much more important that the food is “real.”
For the program to work, it must be strictly followed for 30 days.
According to Whole30, a simple slip up “could break the healing cycle” and send you back to day one. So to get any realistic results, it’s a full 30 days of complete unwavering commitment to the diet.
La clave es eliminar de nuestra dieta todo lo superfluo
La última prohibición del método es subirte a la báscula, así como tomar medidas de tu cuerpo, hábitos que generan obsesión en cuanto la composición corporal, impidiendo centrarse en los beneficios a largo plazo que reporta una alimentación sana.
Una vez marcada la lista de alimentos “prohibidos” en este plan, los autores proponen diferentes recetas basadas en las verduras, las frutas y la carne, así como tablas con tiempos de preparaciones, alternativas para comer fuera de casa o platos elaborados para sorprender en celebraciones.
Al eliminar los azúcares y los alimentos inflamatorios de la alimentación, la sensación de saciedad llegará mucho antes, además de un incremento en la energía y en la sensación de bienestar. Se pueden comer todo tipo de frutas, verduras y carnes, incluso aquellas como el bacon, alimento restringido en casi todas las dietas.
Además de las numerosas recetas que presentan los autores, que animan a los usuarios a experimentar con los tiempos de preparación y los condimentos para no caer en la rutina, las recetas se comparten en redes sociales bajo el “hastag” #Whole30, en el que también se comparten imágenes de antes y después de realizar el reto.
The key: just eat “real food”, not inflammatory food
Inflammatory foods are those which trigger an immune response within your body. When your body doesn’t recognize or know how to process a food, it sees it as a “harmful substance” that must be eliminated. So to protect itself, your body switches on its immune system in order to fight the invader. But if the “invader” is actually a food you continuously eat, your body can enter into a state of chronic inflammation, which can lead to all kinds of other health issues.
But not all foods that are considered inflammatory are “unhealthy” to all people. This is why some people can thrive on a high carbohydrate diet while others can’t. So there’s no one-size-fits-all diet. However, since the Whole30 diet is an elimination diet, it can give you some insight into which foods may be causing negative responses within your unique body.
Elimination diets aren’t a new concept. In fact, they’ve been used in clinical settings to treat food sensitivities and allergies for decades. However, Whole30 takes a slightly different approach to an elimination diet in that the goal isn’t only to cut out certain foods, it’s also to change your relationship to what and how you eat — in 30 days.
ALLENATI PER L ECCELLENZA
¡Qué inspirador post sobre "30 días para cambiar tu vida"! Mejorar la inteligencia emocional es clave, y con una buena formación en ello, puedes transformar tu vida. ¡Un gran reto para crecer cada día!